ALICUN




ALICUN 


Alicún es un municipio muy pequeño de la provincia de Almería, ligado históricamente al agua y a la herencia musulmana, con una economía actual basada casi por completo en la agricultura de regadío y una población en claro proceso de despoblación rural. A pesar de su tamaño, conserva algunos elementos patrimoniales religiosos y civiles ligados a su fuente y a las antiguas termas, y mantiene costumbres tradicionales de pueblo agrícola.


Monumentos y patrimonio

. Iglesia parroquial de San Sebastián: templo construido a comienzos del siglo XX para sustituir a una iglesia anterior arruinada; en su interior se venera al patrón San Sebastián mártir.​



. Ermita de las Ánimas Benditas y ermita de la Santa Cruz: pequeños oratorios situados en las afueras, vinculados a la religiosidad popular y a antiguas rutas hacia Huécija.


Ermita de las Ánimas 

. Fuente de Alicún, antiguos baños y lavadero: la fuente, situada junto a la plaza, aparece mencionada ya en crónicas islámicas y dio origen al asentamiento; junto a ella se ubicaban los baños y el lavadero público tradicionales.



Historia y personajes

Alicún se documenta en época medieval como un núcleo ligado a las aguas termales y a los baños conocidos en fuentes árabes, que lo relacionan con el sistema de balnearios de la zona de Huécija y Alhama. Durante la Edad Media fue considerado un barrio dependiente de Huécija y no alcanzó entidad municipal propia hasta el siglo XVI, siguiendo un proceso similar al de otras aldeas de la Alpujarra almeriense tras la conquista castellana.​


La historia local está marcada por la huella musulmana, las posteriores repoblaciones cristianas tras la expulsión de los moriscos y la continuidad de la agricultura como eje económico. No se conocen grandes figuras históricas de proyección nacional nacidas en el municipio, pero sí destacan clérigos y cargos locales vinculados a la construcción de la iglesia de San Sebastián y al gobierno municipal contemporáneo.​


Población y demografía

El municipio tiene en torno a 215 habitantes según datos recientes del INE, lo que lo sitúa entre los términos más pequeños de Almería. La tendencia demográfica de las últimas décadas es descendente, con envejecimiento poblacional y salida de jóvenes hacia áreas urbanas y el litoral.


La Junta de Andalucía lo cataloga como municipio con prioridad media para políticas contra la despoblación, lo que refleja un riesgo claro de pérdida de habitantes si no se generan nuevas oportunidades económicas. El núcleo de Alicún concentra toda la población, sin barrios ni cortijadas separados.​


Cultura y costumbres

La cultura local gira en torno al calendario religioso, con fiestas patronales dedicadas a San Sebastián y celebraciones vinculadas a las ermitas y a las ánimas, típicas de los pueblos del Andarax. Estas fiestas combinan actos litúrgicos, procesiones, actividades lúdicas y encuentros vecinales, que son clave para reforzar la identidad comunitaria en un municipio tan pequeño.​


Persisten tradiciones ligadas al agua y al trabajo agrícola, como el aprovechamiento de acequias y turnos de riego, además de costumbres gastronómicas de la Alpujarra almeriense (guisos de cuchara, productos de la huerta, repostería casera). La vida cotidiana mantiene un fuerte carácter rural, con relaciones vecinales muy estrechas y escasa oferta de ocio más allá de las actividades comunitarias.


Flora, fauna y entorno físico

Alicún se sitúa en la parte suroriental de la Alpujarra Almeriense, en el valle del Andarax, con un entorno de cultivos de regadío que contrastan con la aridez típica de buena parte de Almería. El relieve es suave en el fondo del valle y más abrupto hacia las laderas, formando un paisaje agrícola enmarcado por sierras prelitorales.​


La flora cultivada domina el paisaje inmediato, con cítricos, hortalizas bajo invernadero y otros frutales, mientras que en las zonas menos transformadas aparecen matorrales mediterráneos, espartales y algunas manchas de vegetación de ribera asociadas al Andarax. La fauna típica es la propia del medio agrícola mediterráneo semiárido: pequeñas aves, micromamíferos, reptiles y fauna asociada a los regadíos y a los bancales.​


Economía y actividades productivas

. La economía de Alicún se basa casi por completo en la agricultura, que históricamente ha aprovechado al máximo el recurso clave del municipio: el agua disponible en el valle. En la actualidad destacan los cultivos de cítricos y hortalizas, incluido el uso de invernaderos, que permiten obtener producciones intensivas en un término municipal muy reducido (unos 5,87 km²).​


. La ganadería y otros sectores tienen un peso muy secundario, y muchos residentes completan ingresos con trabajos en municipios cercanos o en la costa almeriense. El potencial turístico existe, pero es modesto y se centra en el atractivo de un pueblo pequeño, agrícola, con herencia musulmana, patrimonio religioso sencillo y un paisaje de regadío en plena Alpujarra Almeriense.


Los principales elementos patrimoniales de Alicún son de tipo religioso y civil tradicional (iglesia, antiguas estructuras ligadas a los baños y ermitas), y no se conocen grandes yacimientos arqueológicos excavados o musealizados dentro del término municipal, más allá de las referencias históricas a las termas de época romana y al posterior hammam andalusí asociado a la fuente termal. La mayor parte de la “arqueología” de Alicún está en su trazado urbano de origen musulmán y en los restos históricos vinculados al agua (fuente, lavadero, antiguos baños).

Yacimientos y huellas arqueológicas

. Termas romanas sobre la fuente termal: las fuentes históricas señalan que sobre el manantial de Alicún se instalaron termas romanas, consideradas continuación del sistema balneario de Alhama (“baños huecijanos”), lo que indica un uso termal y curativo del agua desde época romana.


. Hammam árabe (baños andalusíes): en época islámica el manantial se convirtió en un hammam, manteniendo la tradición balnearia; aunque hoy no se conserven estructuras monumentales visibles como en otros balnearios, la referencia histórica funciona como “yacimientos” documentados más que como un sitio visitable.


. Restos dispersos y potencial arqueológico: la bibliografía local habla de la continuidad de ocupación desde época romana y medieval, pero no describe excavaciones arqueológicas abiertas al público; el propio núcleo, su parcelario, bancales y sistemas de riego funcionan como testimonio material de esa larga historia más que como yacimientos clásicos con centro de interpretación.








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